En enero de 2003 el dominical «El Semanal» publicó un artículo sobre el submarino C3. Leerlo me produjo una mezcla de pena y de indignación. También me recordó que años antes (en 1998) estando embarcado en el Buque de Aprovisionamiento y Combate » Patiño» e integrado en una fuerza naval encabezada por el portaeronaves «Príncipe de Asturias» le rendimos honores al malogrado submarino.
Mi afición literaria me empujó a escribir «Los mismos bastardos» que la misma revista publicó en febrero de ese año y premió con una pluma de oro.